Tengo el corazón roto… qué debo hacer?

La pérdida de la pareja, por diferencias o situaciones que a veces se tornan irreversibles, es el dolor más intenso que puede experimentar el ser humano, en algunos casos puede significar un golpe mayor que la pérdida de la madre o el padre, dependiendo del tiempo y los sentimientos entregados. El fracaso de la relación sentimental conlleva múltiples consecuencias, hiere la autoestima, la seguridad, el ánimo de productividad económica, y el deseo de continuar desempeñando algunos roles en los que la persona afectada se encontraba. El período de duelo, la culpa, el temor a volver a confiar, la vulnerabilidad interior, el deseo de enclaustrarse, la pérdida del apetito, y el desánimo por salir, son apenas algunos de las consecuencias que quedan y son muy difíciles de eliminar al corto tiempo de la ruptura.

De ninguna manera se debe considerar que es imposible sobreponerse ya que debemos recordar, que se tuvo una vida normal previa a dicha relación, en caso de no poder retomar esas riendas, lo mejor es fijar la mirada en que siempre habrá un mañana, y no siempre lloverá… Que los golpes nos dan valor, coraje, y fortaleza para enfrentar nuevos retos a lo largo de nuestra vida. Volviendo la mirada altiva y seguros de que estamos caminando a un cambio y que ese cambio traerá en su momento alguien que sea capaza de corresponder a nuestras expectativas, ya que debemos siempre luchar por nuestra felicidad hasta encontrarla. Nuestros valores espirituales son la mejor guía para encontrar la luz al final del túnel, recordemos al amigo que nunca falla… Dios!!